El nacimiento de este proyecto surge de la magia de adecuar y expandir un antiguo granero para dar paso a un restaurante tradicional, con el alma arraigada en la colaboración con las comunidades locales. UNU, que significa «agua» en quechua, es el reflejo de la riqueza y tradición de este lugar, que se materializa en cada rincón de este espacio.

La esencia de la marca se impregna en cada detalle de la construcción, donde la utilización de materiales autóctonos como la madera, piedra, paja y barro resalta la autenticidad y el apego a las raíces. Cada elemento elegido refuerza el concepto de la comida con tradición, evocando sabores ancestrales y el cálido abrazo de la cultura local.

El granero antiguo ha sido transformado en un espacio que honra su historia, integrándolo armoniosamente con las ampliaciones que lo rodean. La adaptación ha sido llevada a cabo con un profundo respeto por su pasado, rescatando su esencia y dotándolo de una nueva vida que preservará su legado por generaciones venideras.

El restaurante tradicional UNU se convierte en un puente entre el pasado y el presente, tejiendo lazos con la comunidad y reafirmando su identidad a través de los sabores y aromas que fluyen desde su cocina. Cada plato servido es una expresión culinaria que evoca recuerdos de tiempos remotos, y cada rincón del lugar es un testimonio de la colaboración con las personas que lo hicieron posible.